Una historia para contar:
En un viaje que hice con mi esposo y mis hijos hace 25 años a la isla de Cozumel Quintana Roo México, encontré un isleño que vendía cosas del mar, había una rama de coral negro la cual quise comprar, pero mi esposo me pregunto que para que la quería, un poco molesta y a la vez entusiasmada le conteste que haría un cuadro con un arresife, al llegar a mi casa le busque un lugar pero no era lo que yo quería, pero al llegar la navidad lo guarde en la caja donde guardo todos mis cosas de la época y cada año lo sacaba lo admiraba y le decía ya falta menos para tu cuadro, y así fueron pasaron los años hasta que un día fui a tomar un curso de textury le comente a mi maestra que quería hacer un espejo le conté que tenia un coral y me dijo que lo llevara lo saque de la caja y cuando lo vi me di cuenta que estaba todo enjutado (todas sus ramas muy pegadas)y todo polvoso no lo quería limpiar porque tenia miedo de que se quebrara y lo metí en agua, cuando regrese a buscarlo cual ha sido mi sorpresa que mi coral había despertado, todas sus rama estaban como estiradas y suaves se podían doblar lo tome entre mis manos y la felicidad me embargo, le dije al fin. llego el momento de ponerte en un lugar donde lucirás tal cual tu esplendor, hoy luce en el baño de visitas donde todo el que entra lo admira y junto a el conchas y caracoles que he traído de muchos lados y por muchos años las e ido coleccionando.(Hoy ya no venden coral esta prohibido).